9 de junio de 2014

Cuando decidir es una locura

Recién llegado del frío invierno, eres consciente de que aún tienes que abrigarte. Pero poco a poco, conforme van pasando los días, te atreves a dejar la bufanda y los guantes en casa. Pasan unas semanas y llega un día que sales de casa sin chaqueta, muy valiente, y resulta que pasas un calor terrible. Y piensas: Se acabó el invierno! Así que al día siguiente sales en manga corta y te agarras un resfriado de campeones, porque de golpe ese día llueve y hace un frío de narices... Así que vuelves a abrigarte otra vez, por si acaso. Es una locura. Parece que el verano no se decide!

Y ahí estamos, en plena primavera, una estación alegre, sin duda, pero con algunos momentos de incertidumbre que pueden llegar a desesperar. Esto mismo nos pasa en el baloncesto. Ha llegado la hora de decidir entre las ofertas que tenemos para el año que viene, y encima parece que hay una cuenta atrás persiguiéndonos. Estamos ansiosos! Parecemos vagabundos mentales.

Nos pasa a entrenadores y jugadores por igual. Tenemos propuestas interesantes, y todas tienen un lado bueno y otro malo. Incluso habiendo alguna oferta perfecta, el simple hecho de rechazar otras ya conlleva perderse algo bueno. Por desgracia, no existe la solución perfecta.

Empezamos a razonar con todas las variables que se nos ocurren: equipo, club, compañeros, ciudad, formación, competición, categorías, sueldos, familia, amigos, directivos, ayudantes, jugadores, etc.

Ahora nuestra cabeza se llena de pensamientos que nos llevan a ninguna parte: Si voy allí... Pero si me quedo aquí... Quizás si viene mi amigo... Tal vez allí aprenderé más... Pero aquí cobro menos... Aunque es más estable... Pero aquí estoy una categoría menos... Bla, bla, bla.

Y cada día piensas algo diferente. Es una locura.


SOLUCIÓN


Leí, no hace mucho, que precisamente la función del inconsciente es solucionar estos enigmas que la razón no es capaz de controlar, dado el alto número de variables que hay que añadir a la ecuación. El inconsciente, representado a través de los sentimientos, nos da la clave. Recoge todas las variables, hace un batido con ellas y nos desprende una emoción. Así de sencillo.

Cuando algún jugador me pide ayuda en estos temas, primero le invito a que piense en las consecuencias de cada acción, que las valore. Unos días más tarde vuelve para decirme que no sabe que hacer, pero ya he conseguido que reflexione. El jugador no lo sabe pero ya se ha decidido.

Sus emociones le están guiando hacia la solución que necesita, pero aún no se ha parado a escucharlas porque está aferrándose a la razón, necesita un porqué, así que sigue pensando que no sabe que hacer. No entiende que hay ocasiones en las que no existe una solución racional. Es como querer decidir que hacer en el último segundo de un partido con un balón que quema y te acaba de llegar. No te pones a pensar, actúas. La emoción es la que nos guía en situaciones límite.

Es entonces cuando le invito a sentir. A escuchar esa voz interior y a dejarse llevar. A mantener la cabeza en blanco y solo estar pendiente de las emociones. Ahí está la solución que busca.


CONCLUSIÓN


Tenemos tendencia a vivir la incertidumbre con pesimismo, enfocando sólo la parte negativa de cada posible futuro. No prestamos atención a las oportunidades que se nos presentan y el reto que suponen cada una de ellas. El miedo al error o al fracaso es innato, pero como la presión de un partido importante, sólo se trata de controlarlo. Y como en todo, la experiencia es un grado. 

La incertidumbre ha de ser una época agradable, se ha disfrutar de ella. Hay que pensar, reflexionar y sentir con mucha paciencia, pero con positivismo. No hay que olvidar que en el fondo es una suerte poder decidir tu futuro. Quizás otros jugadores o entrenadores no tienen la oportunidad de elegir, así que hemos de sentirnos privilegiados ante esta situación.

Aunque yo no le daría más vueltas... En verdad ya hemos decidido!


2 comentarios:

  1. muy acertada esa reflexión, entrenador invisible. Y no solo para el básquet!

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  2. Buenas noches TNT. La verdad es que sí, se podría extrapolar facilmente a otras muchas facetas de la vida. Si te interesa el tema de cómo trabaja el inconsciente para ayudarnos a tomar decisiones, te recomiendo este libro: Inteligencia intuitiva, de Malcolm Gladwell.

    Gracias por tu comentario! Un saludo.

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